¿Por qué nos enojamos, frustramos o nos decepcionamos con otras personas en nuestras vidas?

Sé honesto, nos pasa a todos, ¿verdad? Otras personas pueden parecer groseras, frustrantes, poco fiables, desconsideradas, hirientes.

Y aunque no hay excusa para el comportamiento abusivo o hiriente, muchas veces, el verdadero problema no es con la otra persona … es con las expectativas que generamos en la otra persona.

Nuestras expectativas puestas en  demás a menudo causan nuestras propias luchas y frustraciones.

Entonces, ¿cómo podemos trabajar con estas expectativas para que podamos estar más en paz, menos reactivos y más compasivos con los demás?

Vamos a ver.

 Cuando tus expectativas de los demás te hacen sentir frustrado.

A menudo culparemos a la otra persona por nuestra frustración: ellos son los que son difíciles, irritantes, desconsiderados, locos, hirientes, obstinados. Y a veces puede que haya buenas razones para eso.

Pero considera estas ideas:

La frustración nos está haciendo daño, no solo a ellos. Puede ser su «culpa», pero nosotros somos los que sufrimos de las frustraciones, irritaciones, ira.

A menudo no somos inocentes. OK, a veces lo somos, y ellos son solo necios. Pero no siempre, y culparlos a menudo nos cegará ante el comportamiento que estamos teniendo.

Las frustraciones en realidad son causadas por nuestras propias expectativas. Queremos que las personas se comporten de manera diferente a como lo hacen, y nos sentimos frustrados cuando no actúan de la manera que queremos.

Las expectativas están completamente fabricadas en nuestras propias mentes. Claro, tal vez hay expectativas sociales que hemos adoptado, pero todavía están en nuestras cabezas. Podemos observarlos, ser consciente de ellos y  dejarlos ir.

Sin las expectativas, podríamos ser mas felices y estar en paz.

Sin expectativas puestas en los demás, podríamos ver lo bueno de los demás, en lugar de solo cómo están a la altura de nuestras expectativas.

Ahora, es importante que os diga algo sobre el abuso o el daño real causado por otros; no debemos tolerar eso. Si el comportamiento de alguien te está lastimando de alguna manera, protégete. Protege tus límites. Dicho esto, podemos protegernos sin odiar a la otra persona. Alejarse de la otra persona y ver lo bueno en ellos (por mas difíciles y complicados que sea la otra persona) no son mutuamente excluyentes.

La conclusión es que nuestras expectativas pueden hacernos sentir frustrados, cerrados y enojados. Nuestras expectativas causan nuestro  propio sufrimiento. Pero si tomamos  consciencia de ellas, ellas  pueden ser nuestra gran aliada para nuestro autoconocimiento y crecimiento personal.

Trabajando con nuestras expectativas

Si estás list@ para trabajar con tus expectativas puestas en los demás, aquí hay algunas formas de practicar:

1. Reconoce el dolor: nota el dolor de la frustración, la ira, el dolor y la irritación que sientes. No tienes que quedarte atrapado en una narrativa al respecto, solo siente el dolor. No se trata de detenerse en el dolor, sino de reconocerlo, prestarle un poco de atención
2. Primero, siente compasión por ti mismo: se trata de practicar la compasión por ti mismo primero, antes de que puedas recurrir a los demás con compasión. La práctica es generar un sentimiento de compasión en tu corazón (no solo pensamientos compasivos) … como si sintieras compasión por un ser querido que está estresado o herido. Este sentimiento te ayuda a lidiar con el dolor que sientes por las expectativas insatisfechas.
3. Observa el panorama general: abre tu mente más allá de la pequeña burbuja de tu interés personal. Vivimos en esta burbuja la mayor parte del tiempo, preocupándonos por nosotros mismos, queriendo lo que queremos, no queriendo lo que no queremos. Esto es natural y no es malo. Pero hay un mundo más grande más allá de esta burbuja de interés personal. Es un mundo más amplio donde puedes ver las preocupaciones de los demás, ver su dolor y sus patrones inútiles, ver la bondad en los demás, obtener una perspectiva más amplia. La práctica es abrir tu mente a esta perspectiva más amplia y ver la bondad en la otra persona.
4. Explota la burbuja de expectativas: así como superas tu burbuja de preocupación personal, puedes superar la burbuja de tus expectativas. Piensa en las expectativas que tienes de los demás como una burbuja imaginaria que has creado, ¡y revienta la burbuja! Sin la burbuja, estás libre de las expectativas. ¿Cómo es eso? ¿Cómo es la otra persona, sin sus expectativas de ellos?
5. Practique la compasión por ellos: al ver su comportamiento no ideal, ¿puedes ver que la otra persona probablemente esté actuando desde un lugar de dolor, miedo o incertidumbre? Probablemente están reaccionando de manera habitual a este miedo y dolor. Y sí, es grosero, hiriente, inútil. Pero también es inútil y perjudicial para ellos, y tienen que vivir toda su vida así. Observa si puedes sentir compasión por este ser humano que sufre de dolor y miedo, y está atrapado en este patrón inútil. Sin sentirte superior a ellos o juzgarlos. Simplemente pura compasión por un ser humano, deseándoles el fin de su dolor y sufrimiento. Esta es una práctica poderosa. Nota: Puedes y debes protegerte, si son perjudiciales, de todas manera al hacerlo, puedes sentir compasión. 
6. No tomes nada personalmente: en su libro Los cuatro acuerdos, Don Miguel Ruiz escribe que nunca debemos tomar nada personalmente, que lo que sea que la otra persona haga es sobre ellos. Esto nos ayuda a ver sus dificultades y sentir compasión por ellos, sin lastimarnos, sin quedar atrapados en el infierno personal de odiarlos por ello.

Pase lo que pase a tu alrededor, no lo tomes como algo personal … Nada de lo que otras personas hagan es por ti. Es por ellos mismos. Todas las personas viven en su propio sueño, en su propia mente; están en un mundo completamente diferente del que vivimos. Cuando tomamos algo personalmente, asumimos que ellos saben lo que hay en nuestro mundo y tratamos de imponer nuestro mundo en su mundo.

 “Incluso cuando la situación parece tan personal, incluso si otros te insultan directamente, no tiene nada que ver contigo. Lo que dicen, lo que hacen y las opiniones que dan están de acuerdo con los acuerdos que tienen en sus propias mentes … Tomar las cosas personalmente te hace presa fácil de estos depredadores, los magos negros. Pueden engancharte fácilmente con una pequeña opinión y alimentarte con el veneno que quieran, y como lo tomas personalmente, te lo comes ”.

~ Don Miguel Ruiz, Los cuatro acuerdos

 Y así, trabajando con nuestras expectativas … podemos ver el dolor que nos causan y darnos un poco de compasión.

Podemos liberarnos de la burbuja de nuestras expectativas y preocupaciones, para ver la bondad de la otra persona, el dolor y los patrones de la otra persona, y darles compasión. Y finalmente, no tomar las cosas personalmente, liberándonos de un infierno personal.

¡Esta es una práctica, y vale la pena!

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Muchas Gracias.

Hérika Miguez.